
Vamos conociendo algunos detalles , y la directiva se olvida de proteger el derecho de la ciudadanía a acceder sin ningún tipo de restricción a cualquier tipo de contenido, sitios y plataformas y aplicaciones mediante cualquier tipo de dispositivo. Más bien, protege los derechos de las personas consumidoras: que menos tiempo de permanencia, que si posibilidad de cambiar de contrato en 24 horas… que no está mal, pero antes que clientela, somos ciudadanía.
A ello se añade el inicio del eG8 , la reunión en Francia de gobiernos y empresas que se arrogan el derecho a decidir el futuro de Internet. Lo que en principio iba a ser un encuentro internacional de la defensa de la libertad de expresión, se ha convertido en una cumbre para defender la “civilización” de la Red, según el presidente galo Nicolás Sarkozy; es decir, la búsqueda de métodos de intervención y censura gubernamentales para defender los derechos (económicos) de autor.
Mal pintan las cosas para una Internet libre.
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