sábado, 11 de julio de 2009

El sueño de los delfines a la colombiana‏

















Por: Felipe Pineda


Un día cualquiera en medio del ocio cada vez menos frecuente en mi vida me llegó a la cabeza una serie de preguntas que tal vez podrían rayar entre lo estúpido y lo maquiavélico ¿Cómo sería aquel país que algunos de los hijos de los históricos mandamases de Colombia soñaría? ¿Cómo sería un gobierno delfín sin su mentor en el trono? ¿Cómo sería la pugna entre los delfines por heredar las banderas del Uribismo? Las respuestas del todo tampoco resultan del todo fáciles debido a los intríngulis a los cuales nos tienen acostumbrados estos seres de la gran aristocracia capitalina.



Dichos cuestionamientos tampoco son del todo acto del azar y cobran validez en un momento en el cual el precandidato presidencial y máximo dirigente de Cambio Radical Germán Vargas Lleras ha invitado a todos los partidos de origen liberal a una consulta interpartidista en la cual cabria el partido de la U –Con el siempre ocurrente Juan Manuel Santos a la cabeza- y el partido Liberal.Dicha propuesta en primera instancia fue descartada por el partido Liberal en pleno hacia los medios de comunicación pero tras bastidores se comenta que a muchos senadores de esta colectividad la idea no les parece para nada descabellada.



Es más, las verdaderas cartas de esa decisión ya tomada y guardada con un hermético recelo, al mejor estilo de quien conoce los secretos más íntimos de esta profesión tan ingrata de político saldrán solo a la luz pública solo después de terminada su consulta en donde el candidato Rafael Pardo Rueda lidera las encuestas de opinión.



De ese momento en adelante el mano a mano en una segunda consulta Partido Liberal-Cambio Radical tomara forma y quienes inicialmente salieron a ondear el “trapo rojo” en pleno terminaran haciendo un giro inesperado hacia la candidatura de Vargas Lleras.


A partir de ahí los sueños más íntimos de los delfines a la colombiana empezaran a concretarse por lo menos en sus cabezas. Todas aquellas ideas guardadas por años en las mentes brillantes de Juan Ma y Germancito al igual que los mejores vinos a la espera de una verdadera ocasión especial tomaran forma: Viajes ilimitados en helicóptero a costas del erario público para sus herederos serán parte de las nuevas adiciones al menú mediático futuro en donde todo aparecerá de cara a la sociedad como parte de una labor filantrópica realizada por jóvenes de mano firme y corazón grande; la famosa ventana siniestra emergerá de manera mejorada como acto de lealtad a la continuidad de la seguridad democrática y quedará en la memoria del ciudadano promedio como una prueba más del crecimiento y el nuevo “Milagro económico colombiano” tan mágico como sus “nuevos ricos”; una segunda generación de compradores hambrientos de productos de mala calidad importados a países de patio trasero serán la garantía de las nuevas oportunidades que el mercado ofrece solo en una colonia tan cálida, cándida y tropical como la nuestra.


En medio de todo este huracán de espejismos habrá también tiempo para los más íntimos deseos de las otras elites virtuales nacionales: La clase media y sus delirios por adquirir un poco de prestigio así sea a módicas cuotas, la clase emergente ávida de nuevas ilusiones y nuevos sentimientos en contra del “terrorismo” obtendrá su dosis recetada por las doctoras Gurissati y Dávila; el nuevo proletariado encarnado en las bases solidas que solo un cheque de 60 mil pesos mensuales puede construir llegara a sus primeros 10 años; los trabajadores que soportan jornadas de hasta 18 horas tendrán una revancha única de crear su propia opinión atraves de los dos únicos canales que sus televisores de perilla y en blanco y negro pueden ofrecer.


Lejos de este mayoritario conglomerado estarán los opositores, conscientes e incrédulos ante ese histórico sistema de castas quienes sufrirán los rigores del látigo y serán tratados como lo que son: Individuos sin cabida, rebeldes traidores a la patria y merecedores de todos los improperios por desafiar los designios y los más profundos sueños de los delfines a la colombiana.


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