miércoles, 8 de junio de 2011

No dejes de hablar




Elementos del contexto español que pueden servirnos en el caso colombiano con respecto al tema de lectura de medios y sensibilización a la sociedad sobre la parcialidad de los mismos.

Por: Felipe Giner (Masticable)

Excelente el taller impartido por Miguel Romero en el Foro Social Mundial Madrid celebrado el pasado sábado bajo el título “Desintoxicación mediática“. Las personas asistentes nos distribuimos en tres grupos para analizar 3 temas de la agenda mediática, tratando de descubrir de los mismos:

- mensajes intoxicados
- qué medios reproducen estos mensajes
- cómo reaccionamos ante los mismos. Propuestas para combatirlos.

Los temas propuestos, aunque podían haber sido muchísimos otros, fueron: Bin Laden, desempleo e inmigración.

Algunas notas que rescato del taller:

lo importante para practicar la contrainformación es que la gente hable e informe, ya sea a través de un blog o a través de conversaciones con familiares y amigos.

es clave identificar la contaminación comunicacional para poder reaccionar ante la misma.

en una encuesta reciente, el 50% de los encuestados se quedaba con la televisión como medio de obtener información, aunque curiosamente también era el medio del que más desconfiaban. La gente acaba generando una dependencia del medio del cual desconfía: en ocasiones, existe una autointoxicación informativa.

en la información que generemos es clave el aspecto semántico; es importante no reproducir desde la izquierda el vocabulario neocon.

¿qué hay de la responsabilidad ciudadana? ¿cómo sensibilizamos a nuestro alrededor? Importancia del esfuerzo individual en esta cuestión.

recibimos mensajes que inducen a la no-acción: “no hay alternativas, no las busques“, “dentro de poco comenzaremos a salir de la crisis“, En toda información debemos buscar elementos que visibilicen la posibilidad de cambio. Contrastar lo visible y descubrir lo invisible.

detectar y luchar contra aquellos mensajes que únicamente tratan de inculpar al receptor del mismo: “no hay 5 millones de parados, muchos de ellos trabajan en la economía sumergida“.

martes, 7 de junio de 2011

(Video) El Fenómeno educativo de Finlandia



A propósito de Finlandia los dejo con una nueva película que se adentra en las aulas finlandesas.: The Finland Phenomenon: Inside the World’s Most Surprising School System, de Tony Wagner.

En esta el sistema finlandés es alabado por su alto nivel, y sin embargo los estudiantes no trabajan de manera extremadamente exigente, tienen muchas opciones, utilizan la tecnología de forma creativa, disfrutan de la integración de las artes, y aprenden en una cultura que hace hincapié en la amplitud de miras y en el “menos es más”.

En esta nueva película aparecen filmados 20 minutos o más en un aula. Las escenas de clase son muy variadas. Se aprecia una gran comodidad, informalidad, las conversaciones son fáciles, los estudiantes están a menudo organizados en círculos o en mesas de trabajo, y los profesores suelen ser llamados por su nombre de pila.

En otra escena el maestro conduce a los alumnos con un estilo socrático, y Wagner señala que el tiempo que el profesor habla le parece mucho menor que en las aulas de EE.UU. En Finlandia el 60% de estudiantes hablan en comparación con el 75% de las intervenciones del profesor en EE.UU.

A menudo vemos a los estudiantes que trabajan con materiales, con las manos, incluso en secundaria. Vemos a los estudiantes en grupo y el profesor aconsejando a los estudiantes de forma individual.

A lo largo de la película, volvemos una y otra vez a la situación privilegiada y altamente cualificada de la profesión docente. En los años 70 y 80, Finlandia tomó la iniciativa de invertir en educación como forma de mejorar el éxito en la sociedad, y lo hizo, en primer lugar, transformando la profesión. El atractivo de la enseñanza aumentó, y los programas de formación de profesores sólo seleccionaron al 10% de todos los candidatos a sus programas, por lo que el país consideró la docencia como una brillante profesión.



Los profesores son muy confiables, y hay poca o ninguna evaluación de los docentes en curso. Los profesores finlandeses invierten sólo 600 horas al año, en promedio, en el aula, en comparación con 1100 en los EE.UU. Mientras que solo el 50% de los docentes en EE.UU. permanecen en el sistema educativo a los 5 años, la mayoría de los profesores finlandeses llegan a la jubilación.

Wagner se detiene en este punto para remarcar que la diferencia consiste en la confianza y se convierte en el principio central en el argumento. Los finlandeses confían en que ellos pueden lograr la excelencia sin necesidad de mano dura y supervisión. Los finlandeses confían en sus escuelas para trabajar, con un curriculum nacional sucinto, y mucha libertad en las escuelas y maestros para hacer el resto.

Otras características más concretas e inmediatas podrían ponerse en marcha en otros sistemas educativos:

· Menos es Más : El currículum básico nacional finlandés se reduce a lo esencial, y toda la cultura de la educación da prioridad a pensar y aplicar la solución de problemas. Esto también se aplica a los deberes para hacer en casa, que como máximo los estudiantes dedican 4,5 horas a la semana.

· Programación. Las clases son más largas, y hay menos en un día, permitiendo a los estudiantes más tiempo para los proyectos y realizar estudios más a fondo .

· Aprender primero, sobre todo, casi exclusivamente. Deportes y actividades extracurriculares tienen menor prioridad. Este es un punto crítico (recordemos la necesidad de potenciar múltiples inteligencias) y el director no está nada de acuerdo en la minusvaloración de este tipo de actividades.

· La tecnología en las escuelas no se usa tanto para mejorar las presentaciones de los maestros, como sucede en EE.UU., sino que para Wagner se utiliza mucho mejor, está ahí para que los estudiantes la utilicen para aprender. Investigan y colaboran en línea y muchas aulas disponen de una amplia gama de herramientas tecnológicas, no sólo de ordenadores. Los estudiantes usan Wikipedia y Facebook para investigar temas de actualidad y hay una cultura de confianza en el uso de la tecnología.

· Hay una integración de las artes a través de la educación.

· Permiten a los estudiantes mayores posibilidades de elección en todos los aspectos del aprendizaje, incluso en el itinerario académico general, los cursos que estudian y los proyectos que preparan.

· Proyectos, individuales y colectivos, son esenciales. A lo largo de la película podemos ver un caso en que los estudiantes tenían un proyecto de cinco semanas que requería la dedicación de la mayor parte del tiempo de clase.

· Los estudiantes en Finlandia asumen un alto grado de responsabilidad personal en el aula, y rinden cuentas de sus resultados, lo que permite que los profesores tengan más tiempo para la relación uno a uno.

· En los exámenes, evalúan la aplicación del pensamiento a las nuevas situaciones , no el recuerdo.

· La profesionalización de la profesión implica respetar los profesores como trabajadores del conocimiento, creando oportunidades y la obligación de ser innovadores en la enseñanza cada día, dice Wagner.

Al final, Wagner se pregunta si hay algo que los finlandeses tienen que aprender de los norteamericanos, y responde a la pregunta con dos sugerencias:

- Portafolios digital, mediante el cual los estudiantes pueden publicar sus trabajos, el seguimiento de su progreso, y hacer que su aprendizaje sea más transparente.

- Grabar las lecciones del docente en vídeo para que los profesores puedan reflexionar sobre su eficacia, obtener retroalimentación constructiva de sus pares, y hacer que su práctica profesional sea más transparente.

domingo, 5 de junio de 2011

Otra Bogotá es Posible



Por: Felipe Pineda

Bogotá, lugar de todos y a la vez de nadie, cuna y estación de paso de millones de personas, lugar entrañable para quienes nacimos aquí y frío, hosco y poco hospitalario para aquellos que nunca lograron sentir la capital como propia, para quienes llegaron contra su voluntad a las alamedas casi siempre húmedas de esta ciudad. Todavía recuerdo como desde pequeños fuimos enseñados a desconfiar, a mirar de manera dubitativa al vecino, a sentirnos inseguros y vulnerables en nuestros propios espacios, a sentirnos visitantes nosotros los bogotanos en nuestra propio lugar de nacimiento, hasta que llegó Antanas Mockus y su cultura ciudadana, pensada para cambiar algo clave en nosotros: nuestra mentalidad y sentido de pertenencia con la ciudad.

Sin embargo el tema de la exclusión seguía latente y sin resolver en la otra Bogotá, la Bogotá de los nadies, la Bogotá que siempre había sido invisibilizada y borrada del mapa mental del 50% de la sociedad y con ella subsistían sus problemas: La lucha contra el hambre y la pobreza, un énfasis social, un modelo más incluyente, el tema de la educación básica y secundaria, el asunto de su cobertura temas que se convirtieron en los pilares fundamentales de las gestiones de Lucho Garzón y parcialmente de Samuel Moreno de manera exitosa en los últimos 7 años.

Nadie podría contradecir a la luz de todos estos hechos que la ciudad en sus últimos 20 años (1991 a 2011) sufrió una transformación abismal: Se modernizó, se convirtió para muchos de los ciudadanos en un lugar más habitable, más moderno, con mejoras sustanciales en los servicios básicos, a nivel financiero logró una sostenibilidad no alcanzada en el pasado.

Para nadie es un secreto que construir sobre lo construido en todos estos aspectos funcionó, sin embargo otra serie de elementos nunca fueron visibilizados, informados, socializados a la opinión pública: Las ventas parciales o totales de empresas rentables para las finanzas de la ciudad a precios muy por debajo de sus precios reales realizadas de manera precipitada (La EEBB, parte de la Empresa de Acueducto), empresas que producían utilidades redistribuibles para inversión social; la explosión de licencias de construcción en zonas forestales y suburbanas, lo que implicó una expansión innecesaria de la ciudad generando a su vez una especulación sobre el precio de la tierra nunca antes vista; la composición accionaria de Transmilenio (que no incluyó a los pequeños transportadores) y la inequitativa distribución de sus utilidades que no es nada generosa con quien aporta el capital para su mantenimiento, en este caso el distrito , el cual solo recibe el 6% de los ingresos del sistema mientras el otro 94% (equivalente a 2.5 Billones de pesos) lo usufructúan los 7 operadores del sistema pertenecientes a 12 familias de la ciudad.

Seguidamente hubo en estos 20 años otro par de aspectos que no fueron abordados de manera exitosa: La participación ciudadana real y algo que podría denominarse cultura social ciudadana que cambia el paradigma con respecto al papel del ciudadano al brindarle la posibilidad de conocer sus derechos y no solo sus deberes como venia sucediendo: Derechos con respecto a los políticos y sus acciones, la implicación de vender el voto, de aceptar prebendas, derecho a incidir y participar en las decisiones en sus localidades, a ejercer control ciudadano, y sobre todo derecho a saber cual es el papel del estado, para que sirve el estado y quienes trabajan en el, saber que une al estado con los ciudadanos, que significa lo público y cual es su importancia en el desarrollo de nuestra sociedad como individuos y como colectivo.

Si el ciudadano lograse entender eso perderían bastante terreno aquellas voces que abogan por la desaparición de lo público y la proliferación del individualismo en todas las esferas de la sociedad, voces que han tenido muy claro que la concreción de ese objetivo les abre un sinnúmero de oportunidades comerciales al poder incursionar y convertir en mercancía derechos fundamentales como ha venido sucediendo: La comercialización de la salud, la educación, las pensiones, la especulación con la vivienda y el transporte.


De otro lado en aras de construir bases solidas para la democratización de la participación ciudadana en Bogotá se haría necesario modificar la tendencia generalizada por parte de los entes oficiales de hablar demasiado sobre espacios de participación en términos de cifras medidas por firmantes jalonados por gamonales locales que ofrecen algo a cambio de asistir (Ediles, presidentes de JAC, Concejales) y cambiarlo por un tipo de participación en donde la ciudadanía sienta la necesidad de acudir al ver como incide de manera directa en las diferentes tomas de decisiones.

Otros ejes fundamentales olvidados han sido los de procurar brindarle a la Bogotá Invisible la posibilidad de progresar mediante inversiones en educación superior, estimulo al empleo local, subsidios de vivienda y reactivación de las economías locales, elementos que apuntan a desmarginalizar, a despolarizar la ciudad. Son muchísimos más los temas que se relacionan con poder soñar con Otra Bogotá, son muchísimas las organizaciones que trabajan en este tipo de problemáticas sin contar a miles de fundaciones sin animo de lucro que lo hacen de manera atomizada, singular ¿Por qué no unirnos? ¿Por qué no cambiar el que proponen por el que vamos a hacer? ¿por qué no pensar entre todos Otra Bogotá Posible? ¿Por qué no abrir un laboratorio de ideas? ¿Es descabellado abrir un lugar donde podamos pensar entre todos que ciudad queremos? A esa y miles de interrogantes queremos responder desde Otra Bogotá es Posible, un lugar común, un punto de convergencia más que una propuesta adoctrinante, clientelista, superficial, un proyecto colectivo que intenta salir avante por encima de las decenas de proyectos caudillistas existentes en nuestra alienante actualidad.



Coletilla: A mediados de Junio tendremos un lugar propio donde reunirnos y construir entre todos la ciudad que queremos a futuro, para eso resulta fundamental la ayuda de tod@s aquellos que quieran aportar sus conocimientos para alimentar una propuesta conjunta fruto de deliberaciones positivas.

pinedaruiz@hotmail.com