martes, 14 de diciembre de 2010
"Con diez euros al mes, se acabaría el problema de las descargas"
El ciberactivista francés y cofundador de La Quadrature du Net, Jérémie Zimmermann, propone un "canon político" sobre la conexión y acabar con la persecución de los internautas.
Jérémie Zimmermann (París, 1978) es uno de los ciberactivistas más reconocidos de Francia y de Europa. Desde La Quadrature du Net viene combatiendo los planes de Nicolas Sarkozy para acabar con las descargas en internet cortando la conexión de los internautas. También ha denunciado las negociaciones entre EEUU, Europa, Japón y otros países para el ACTA, un acuerdo semisecreto contra la piratería del que se ha filtrado buena parte del contenido de los sucesivos borradores gracias a su colectivo. La Quadrature du Net también se ha embarcado en la defensa de la neutralidad de la red. Pero no combate a los políticos y a la industria cultural. Como explicó durante su reciente participación en el Free Culture Forum de Barcelona, también les tiende la mano proponiéndoles fórmulas de acuerdo, como el pago de un canon por conexión a cambio de dejar en paz al P2P.
La Hadopi [agencia administrativa que recoge las denuncias de la industria cultural y sanciona a los que descargan archivos] ya ha empezado a enviar las primeras cartas de aviso a los internautas franceses. ¿Cómo se está reaccionando en Francia a estos envíos?
Estamos convencidos de que los avisos no tienen ningún tipo de validez legal porque estas pruebas han sido recogidas por organizaciones privadas sin ninguna habilitación oficial para hacerlo. La propia CNIL [Autoridad francesa para la protección de la privacidad] lo ha advertido hace unos días. Hadopi se está convirtiendo en una máquina de enviar spam y de dar sustos. Nos han contactado varios de los usuarios que han sido advertidos por la Hadopi. El 80% dice que va a seguir descargando y que, en todo caso, usará mecanismos de encriptación de su conexión para burlar la vigilancia.
Pero ¿no ha habido ninguna desconexión?
Ni la ha habido ni la habrá. Esto se resolverá en las altas instancias. Acudiremos al Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Hay detalles, tanto técnicos como legales, que muestran la ilegalidad de la Hadopi. La crearon para deshacerse de las exigencias de un procedimiento judicial, para hacerlo más fácil, rápido y eficiente a ojos de la industria. Pero no hay un juicio justo, hay falta de pruebas que sustenten la acusación y es una burla a la presunción de inocencia. Se han inventado una infracción administrativa por no asegurar tu acceso a internet para evitar así descargar material con copyright. Esto es uno de los mayores agujeros de la Hadopi.
¿Por qué?
La idea de asegurar tu acceso no está concretada y no se corresponde a ninguna realidad técnica. La seguridad, al menos hasta ahora, era para protegerte contra ataques y amenazas. Pero aquí nadie ha dicho de qué y de quién te estás asegurando. Si es contra un intruso es seguridad, pero si se trata de asegurar tu conexión contra ti mismo, o contra tus hijos, ya no estamos hablando de seguridad, hablamos de control. Por otro lado, la Hadopi tenía que dar a conocer una lista de herramientas de seguridad aceptadas por esta autoridad administrativa. Hasta que no lo haga, si alguien llega a un juicio por una desconexión, podrá alegar que no sabe cómo protegerse. Puede sonar a broma, pero están tratando de llegar a las bases del control. Cuando revisas las especificaciones técnicas que entregaron a las compañías que querían diseñar estas herramientas para asegurar el acceso ves que se trata de programas de espionaje. No van a funcionar. Pero si llevan esta lógica más allá, el siguiente paso será filtrar internet.
Precisamente, la Asamblea Nacional francesa está debatiendo una nueva ley, la LOPPSI, que incluye el filtrado administrativo de contenidos. Esta Francia no se parece a la que dio a luz la Declaración de los Derechos del Hombre.
Esta Francia es la de Sarkozy. Con la excusa de proteger a la infancia y bloquear las páginas de pornografía infantil, la LOPPSI es un caballo de Troya para impulsar el filtrado de internet. Ya lo han ampliado a los sitios de apuestas, por ejemplo. Sarkozy dijo a la industria cultural que si la Hadopi no funcionaba, tendrían que ir más allá. Y les prometió esta medida.
Tradicionalmente, las élites españolas han seguido de cerca lo que hacían las francesas. Sin embargo, en el caso de las descargas de internet, los políticos y la industria cultural española han ideado un sistema para cerrar páginas web pero no van contra los usuarios. ¿Es una alternativa mejor?
Tampoco funcionará y, además, es peligroso. La guerra por el P2P que han desatado las industrias contra los usuarios sólo conllevará el ataque a las libertades fundamentales. El único camino viable es la aceptación del intercambio entre usuarios sin interés comercial. A partir de aquí, podrán encontrar nuevas maneras para financiar la cultura. Liberado de una guerra artificial montada por los intermediarios, el público se reconciliaría con el artista. Pero la industria prefiere aumentar la presión sobre los proveedores de acceso, presiones legales y económicas, para forzarles a que sean sus policías en la red. Con la Hadopi, tienen una justicia privada y también quieren tener policía privada.
Pero si no tocamos el P2P, ¿cómo financiamos la cultura?
Ya existen muchas formas, algunas en práctica y otras en pruebas. Los intermediarios tendrían que generar servicios y productos con valor añadido. Cuando lo hay, la gente generalmente paga. Los artistas podrían estar conectados directamente con su público y darles motivos para comprar, como promociones, descuentos, entradas... Si miramos para atrás en la historia del copyright, cada vez que hay una innovación tecnológica, la industria se alarma. Durante un tiempo intentan combatirla pero después acaban aceptándola y terminan por surgir nuevos sistemas de financiación indirecta. Tenemos herramientas para mejorar esto. Una podría ser la contribución creativa.
¿Contribución creativa?
Sí, pequeñas aportaciones de muchos, e incluso se podría pensar en un porcentaje sobre el precio de la conexión a internet, una especie de canon político para acabar con esta guerra contra el intercambio. Sería una forma de mostrar a los artistas que internet es una oportunidad para ellos.
¿De cuánto dinero estamos hablando?
Cada suscriptor con una conexión de banda ancha podría pagar entre tres y diez euros al mes. Se podría hacer un reparto transparente basado en el número de descargas de cada trabajo. Pero recalco que una contribución de este tipo tendría que basarse en la transparencia y limpieza del reparto y, cómo no, la legalización del intercambio entre particulares.
La Quadrature du Net ha filtrado los documentos del tratado ACTA. ¿Cómo ha quedado su versión definitiva?
En el último texto se suavizaron muchas medidas para evitar las críticas, pero es casi tan malo como los anteriores. Sigue incluyendo la presión sobre los proveedores de internet para convertirlos en policías del copyrighten la red. Pero más importante que el contenido es el proceso en sí mismo. Si toleramos ACTA estamos permitiendo una nueva manera de hacer leyes, donde medidas que pueden afectar a la libertad de expresión, la privacidad, el acceso a internet o el derecho a la salud son negociadas en secreto y no debatidas democráticamente.
La Quadrature du Net respondió a la consulta pública abierta por la Comisión Europea sobre la neutralidad de la red. Y usted mismo la expuso hace unos días en Bruselas. ¿Cuál es su posición?
Como principio fundador de internet, la innovación y la democracia necesitan la neutralidad de la red.
Google ha sido un aliado de los defensores de la neutralidad, pero sus recientes pronunciamientos parecen indicar que está cambiando de bando.
La cuestión clave es si vamos a permitir que los actores dominantes sigan controlando la red. Las operadoras, como guardianes del acceso, se oponen a la neutralidad de la red. Google, que hasta hace poco era un defensor, quiere controlar el mercado de la telefonía móvil. Y está haciendo alianzas con las operadoras para entrar.
¿Google pagará ese precio a las operadoras?
Para dominar el mercado de móvil, sí.
¿Será la próxima batalla?
No, ya lo está siendo.
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