jueves, 23 de septiembre de 2010
Paradoja del control de Internet
La paradoja del control argumenta que ser libres también significa ser controlado, por otros o por uno mismo. Esto significa que en una situación de hipotética libertad «total» el ser humano se autocontrolaría.
La paradoja del control de internet se relaciona con el hecho de que la libertad de expresión y la creación digital aumentan gracias a las herramientas tecnológicas. La paradoja reside en que tenemos más creadores y se generan más obras pero el control de la comercialización y, también, el rendimiento económico se concentra cada vez más, con los medios tradicionales (televisión sobre todo; también las telecos en medios móviles) entrando a participar de la distribución de contenidos en la red y los beneficios generados por esta distribución (como los acuerdos alcanzados por diversas compañías con YouTube).
La evidencia de esta concentración reside en el aumento desproporcionado de tráfico que unas pocas webs (mal llamadas redes sociales: last.fm, youtube, myspace, etc.) y la altísima dependencia del navegante respecto de los buscadores para encontrar cualquier documento en los vastos pasillos de esta biblioteca de Alejandría que es internet. Los buscadores son los verdaderos concentradores de poder: agrupan usuarios y creadores porque sólo ellos conectan directamente la demanda de los primeros con la oferta de los segundos en el tiempo exigido por éstos, y porque lo hacen sin más intermediarios que ellos mismos, barriendo el mercado en su favor.
La concentración de proveedores de acceso a la red también forma parte de la concentración de la red, ya que la red comienza desde los mismos nodos de acceso. De este modo, el hecho de que una serie limitada de compañías transnacionales (provenientes de los antiguos monopolios estatales, pero reducidas en número tras sucesivas adquisiciones y fusiones) controlen el acceso a internet en muchos países es una alarmante forma de concentración, y se encuadra también dentro de la Paradoja de control 2.0 o paradoja de control de internet.
La larga cola
Se conoce como la larga cola esa pequeña demanda de infinitos productos más allá de los éxitos masivos que sigue siendo rentable en el mercado digital, debido a los mínimos costes de distribución. La larga cola es posible solámente en internet, si bien creadores y usuarios se concentran tanto que la larga cola se encoge no por falta de creación de contenidos, sino por el control que por parte de unas pocas compañías se tiene sobre su acceso, distribución y comercialización.
El resultado de este control es que a los creadores los paga la economía de la atención, mientras el rendimiento económico se concentra en unas pocas empresas(1) como defiende Nicholas Carr. La capacidad creativa y la pasión de muchos se convierten así, de nuevo, en el negocio de pocos.
Esa agresiva concentración en pocas manos de la distribución y comercialización de las obras de muchos se está erigiendo como el motor dinámico de la nueva economía de internet y surge del hecho de que sólo unos pocos poseen los medios necesarios para gestionar y distribuir la ingente cantidad de creaciones, sólo unos pocos están en posición de hacer posible y rentabilizar el negocio de la distribución.
Consecuencias
Tenemos consecuencias políticas y económicas derivadas de esta concentración.
Políticas
Como consecuencia política de esta concentración tenemos que unas pocas personas pueden decidir qué se ve, cómo, cuándo, dónde. Las posibilidades abiertas a la censura en la red, que se ve altamente facilitada (ejemplo clásico de esta censura es el «cortafuegos» chino). El abaratamiento de la tecnología y el hecho de que tal y como está construida la red no existe privacidad en la misma no ayudan en absoluto a tranquilizarnos.
Aparte de la concentración de medios una vez estamos dentro de la red, hay que notar también el efecto negativo de la concentración entre los proveedores de acceso. Oligopolios supranacionales (las mismas compañías transnacionales tienen las licencias para muchos países) con mucho poder para presionar a los gobiernos y conseguir que se adapte la legislación a su favor. Entre los intereses de estas compañías destacan eliminar la neutralidad de la red y conseguir bloquear el tráfico entre pares (p2p) que producen un gran consumo de ancho de banda. Nada les importa el hecho de que los clientes pagan para tener ese ancho de banda precisamente para poder entrar a redes de pares.
Económicas
Como consecuencia económica de esta concentración, de esta paradoja del control, tenemos un modelo alarmantemente parecido al modelo económico clásico. Antes había concentración porque había poca información que distribuir (y por tanto se necesitaban pocos mensajeros), ahora hay cantidades enormes (y crecientes) de información que sólo puede ser gestionada y distribuida correctamente por unos pocos; sólo unos pocos pueden poner en contacto al emisor y al receptor del mensaje. La abundancia provoca ahora la concentración, la abundancia provoca el control.
El rendimiento vuelve a los comercializadores, que no dudarán en ceñirse a los cánones de los viejos modelos y censurar sin miedo todo lo que sea susceptible de causar problemas legales relacionados con propiedad intelectual. De este modo devuelven el sistema a un estado antinatural más parecido a lo existente en la época pre-internet: Pocos medios que se repartían todo el pastel.
De hecho es esto lo que sucede ahora, de la mano de las redes sociales. YouTube, MySpace o Blogger son plataformas que permiten la creación y distribución de contenidos; quizá las más utilizadas a nivel mundial. Podría pensarse que estos contenidos son la representación de la larga cola que hemos mencionado antes, pero la realidad es que estos sitios son dirigidos y gestionados por gigantes de la distribución: News Corp (MySpace) y Google (YouTube, Blogger). Así pues estamos en un sistema de medios donde, para colmo, menos medios acumulan cada vez más distribución. De 2001 a 2006(2), los diez dominios más visitados del mundo pasaron de acumular un 31% de las visitas a acumular un 40% de las mismas.
La paradoja del control 2.0 es que cuando más libres parece que somos, cuando internet nos da la posibilidad de transmitir un mensaje y hacerlo correr libremente, son menos manos las que tienen el poder de transmitir o cortar el mensaje, son menos manos las que tienen el control
Referencias
•(1) Recortando el reparto de la larga cola, de Nicholas Carr
•(2): Análisis sobre la progresiva concentración de la web, por Richard MacManus.
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